lunes, 6 de diciembre de 2010

LA CASA DE FELISA


Para algunos como yo, la vida se ilumina después de subir tres escalones.

La casa de Felisa es un como un pequeño mercado de cosas bellas, desde los espejos que dan mayor amplitud al espacio pequeñito de sus habitaciones, hasta las cuñas de madera que semejan animalitos y que permiten mantener las puertas entreabiertas.

Ella escribe cartas de amor no correspondido, ese es su oficio, las personas que desean expresar sus sentimientos acuden a ella.

Para eso tiene un lugar especial, siempre adornado con flores frescas, el visitante tiene un asiento que se acomoda a su cuerpo igual si para él hubiese sido hecho, la ventana se ilumina con las macetas de geranios que bordean el alfeizar, su tizana de hierba buena y toronjil, junto a sus galletas de avena y clavo de olor perfuman el ambiente y milagrosamente disipan el desconsuelo.

Los clientes relatan sus historias y ella escucha con ternura, así va entrando al relato y vestida con otra vida, es capaz de hacer llegar al destinatario el sentir de un corazón y alivianar el alma.

No importa que tan grande sea la tristeza de la nostalgia o el abandono que aflijan al visitante, éste siempre bajará los cuatro peldaños con un ramito de lavanda y la sonrisa de Felisa flotando liviana en su corazón ya menos atribulado.

2 comentarios:

  1. Yo deseo recibir una carta de amor correspondido desde la casa de Felisa

    A la espera con ilusión Víctor Manuel

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  2. Dulzura de las dulzuras...
    avena y clavo de olor...
    los geranios en el alfeizar...
    ternura a flor de piel
    mágica geografia
    tus letras fueron creando
    envolviendo
    cautivando
    y alimentando mis sentidos
    y mi alma.

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