viernes, 26 de noviembre de 2010

ENSAYO PARA UNA ISLA INCIERTA V



La casa navega siguiendo el canto embrujado del silencio.

Su amor me vulnera, me deja indefensa, se adueña de mis cuadernas, busca el abra propicio donde amainan los vientos, y me ama de tal forma que siento que ama en mi a todas las mujeres donde buscó mi impronta. Es una feroz travesía para llegar al final de ésta que soy yo, tan de él, que se asusta del modo en que su nave bornea imantada al ancla de mis huesos.

Lo escucho respirar dormido, bajo la conjunción de los astros más propicios y me sumo a su ritmo, mientras beso su espalda, y acaricio su pelo; lo presiento tranquilo y hago el intento de separarme para que siga navegando en lo que intuyo, es el mejor de sus sueños

Alzo suavemente mi mano que descansa en su pecho, y desde algún lugar remoto, su voz me dice:

-“no te sueltes, no te alejes me siento tan seguro “-

Entonces vuelvo a sostener su vida, su respiración retoma el cauce, mientras lloro sin que él lo sepa…me duele el aire. Mañana dejaremos el Delta.

Mi sueño se arropa bajo el más antiguo de los robles. Nuestras vidas, están liadas a una misma raíz. El árbol de los celtas, será otro misterio entre nosotros.


continua....

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